Guillermina cuenta sobre ella
Mi procedencia y familia
Como hija del rey Federico Guillermo I de la casa célebre Hohenzollern y de su esposa Sofia Dorotea de Hannover tengo el derecho de que se me dirija la palabra como „Su Alteza Real“. Siendo la hermana mayor de los hermanos, nacida en 1709, hermana de Federico, quien era tres años menor que yo, muy apreciado por mí y por todo el mundo y con mucha razón llamado “El Grande”, tengo la primacía ante mis hermanas. A pesar de esto todos los planes de altos vuelos de mi madre ambiciosa que me ofrecía como novia al sucesor de la corona inglesa para convertirme en reina de Inglaterra fallaron lamentablemente.
Mi llegada a Bayreuth
En vez de convertirme en reina de Inglaterra, arribé a Bayreuth en el año 1732 ya como cónyuge del por lo menos aceptable principe heredero Federico, hijo del margrave sumamente desagradable Jorge Federico Carlos. La primera impresión de ese principado con aires totalmente provinciales fue un choque para mí. Vivíamos en el palacio antiguo y ruinoso de manera sumamente modesta, hasta que finalmente en 1735 fuimos redimidos de mi suegro, un hombre ávaro y bebedor.
Cómo transformé mi ciudad de Bayreuth
Después del fallecimiento de mi suegro y de que mi esposo tomara el poder a partir de 1735, yo pude – por supuesto con el apoyo de él- convertir la ciudad dormida de Bayreuth en una verdadera residencia con carácter competitivo. Así empecé inmediatamente a ampliar mi residencia de verano “El Eremitage” según mis propias ideas hasta alcanzar su máximo esplendor y que al mismo tiempo me servía como un lugar de retiro y de reflexión creativa.
Finalmente en 1748 pude inaugurar mi obra más valiosa: „El Teatro de la Ópera“, encargándoles la construcción y la decoración a los mejores y no sólo baratos arquitectos de aquella época Saint-Pierre y Galli Bibiena, aperturándola con todo brillo con motivo de las nupcias de mi hija Federica y en honor a ella. іCómo me admiraban a mí y a mi margrave mis súbditos de Bayreuth cuando íbamos allí, a las magníficas escenificaciones de las operas!
Y aunque ellos se quejaban en ocasiones de los gastos inmensos que pesaban sobre ellos, і qué orgullosos están sus descendientes de esta obra al haberles legado un patrimonio cultural de la humanidad!
En ese mismo año comprobé con la construcción del encantador Jardín de Rocas de Sanspareil , no lejos del Castillo Zwernitz , que era capaz de transformar mis conocimientos de La China y del mundo occidental antiguo en testimonios de piedra según mis pensamientos y aún gastando mesuradamente.
Para mi Federico “Sanspareil” era por el contrario nada más que un meta para seguir su pasión de la cacería. Después de todo, por el camino siempre podíamos descansar de una manera agradable en Birken, en el palacete lindo de mi ministro el Barón von Stein. Después de haber perdido el palacio antiguo tras un incendio no inoportuno fue un placer para mí, poder diseñar yo misma los planes de mi palacio. A pesar de mis recursos comparativamente escasos logré estar también al alcance de poder competir con obras arquitectónicas del lugar real de mi procedencia, como ya lo había demostrado con el “El Teatro de la Ópera” , convirtiendo a Bayreuth en una joya sobresaliente de la arquitectura representativa de la corte, que como supongo, seguirá atrayendo a multitudes de personas hasta después de más 250 años.
Mi admiración por las bellas artes
Con mis obras maestras de la arquitectura quería brillar hacia afuera. No obstante tenía al mismo tiempo pasión por la música, arte y la literatura. En El Eremitage escribí “Mis Memorias” en donde ajusté cuentas sin consideración con el método de educación severa de mi padre, con los planes de matrimonio altaneros de mi madre y con la fría arrogancia de mi querido hermano después de su ascensión al trono. Aún así Federico y yo nos escribíamos cartas confidenciales una y otra vez en donde filosofábamos y hablábamos mal sobre Dios y el mundo,y nos intercambiábamos ideas sobre músicos y autores.
Incluso hasta el más grande de todos los pensadores, el gran ilustre Voltaire intercambió una intensa correspondencia conmigo, en donde le exhorté la reconciliación con Federico y que facilitara la paz entre Francia y Prusia bajo mi mediación. Me inspiré en su obra “La Tragedia Semiramis” para escribir una opera, en la que el sol de la ilustración brilla también, así como en mi Opera “L’Huomo” que es absolutamente filosófica, la cual fue presentada un año más tarde en Junio de 1754 en honor a la visita de mi hermano enBayreuth. Figuras femeninas conocidas de la antigüedad como Semíramis y Cleopatra son mis temas favoritos en las pinturas, que he coleccionado apasionadamente así como esculturas antiguas, que yo misma he adquirido en mi viaje a Italia.
Sin embargo le dejé esta herencia a mi hermano en mi testamento en Berlin , de manera que solamente allí pueden ser admiradas por los visitantes. En la pintura, en el más amplio sentido de la palabra me he ocupado y dedicado con lápiz de pintura y pincel a personajes femeninos famosos de la antigüedad como Cleopatra o Lucrecia, figuras que se sacrificaron y por esta razón me sentiría unida a ellas.
Mis ambiciones políticas
Cuando mi esposo se hizo cargo del poder en el año 1735, como hija de rey no quise sacrificarme, sino quería intervenir activamente, quería reinar con él y por eso surgió la primera disputa conyugal. Sin embargo esto no me detuvo para seguir tomando cartas en el asunto, para servir a mi pequeño margraviato que estaba casi estrangulado entre las potencias Prusia, Austria y Francia. Y de esta manera apoyé activamente a mi esposo en su política oportunista durante ambas Guerras de Silesia y La Guerra de los Siete Años, lo que frecuentementeresultaba un disgusto para mi hermano , su Real Alteza. En 1743 logré un impacto duradero en la política educativa fundando la Universidad en Erlangen, proporcionándole el primer rector con Superville y – de manera inaudita – yo personalmente puse a debate a los catedráticos tesis filosóficas y religiosas controvertidas y actuales para la capacidad de reflexión como temas para la discusión de apertura.
Mi viaje a Italia
Como llega a mis oídos, no solamente se han publicado mis “Memorias” en contra de mi voluntad sino también mis apuntes de un viaje que me llevó a Francia y a Italia en 1754/55. іQué bueno que ni siquiera le confié a mi diario los verdaderos motivos de mi viaje! Mis súbditos sabían solamente que era un viaje de descanso a Montpellier.
En realidad, tanto en Francia como en Italia sostuve negociaciones secretas con políticos influyentes y hasta con el Vaticano en el período previo a la Guerra de los Siete Años demostrándole finalmente a mi hermano que también disponía de una habilidad política.
Que al final traje a casa más piezas de la antigüedad que resultados politicos, es otra cosa.
Sobre mi vida privada
Por último quiero concederles una idea general de mi mundo sentimental.
Que mi dama de compañía favorita me haya robado el corazón de mi esposo fue el colmo, pero que no sólamente haya compartido la cama con él sino que quiso reemplazarme como la consejera de sus asuntos políticos fue el acabose y tuve que alejarla de la corte.
En cuanto a mí, niego rotundamente todas esas habladurías sobre posibles relaciones íntimas con el amigo Katte de mi hermano, o más aún con un consejero secreto de Bayreuth.
Esto es la más pura verdad, así como lo que dice en Mis Memorias. Y por último tengo que poner algo en claro. Por supuesto que quise a mi perro faldero Folichon así como mi hermano al suyo.
Pero cuando nosotros les dejamos escribir a ambos sus famosas cartas de amor , es sólo pues un juego literario, una puesta en escena, en la cual no se trata ni de nuestros sentimientos ni de los de nuestros perritos.